The Office
Comenzó como un remake de su homónima inglesa, trasladando su estilo de 'falso documental' a Estados Unidos, dejando fuera el humor brusco, irónico y a veces cruel, aunque lo sustituyeron jugando con la vergüenza ajena, y a veces el humor escatológico. Pero lo que realmente hacía especial esta serie eran sus personajes, muy familiares y fáciles de empatizar para cualquier espectador.
Sus títulos de crédito iniciales demuestran el sencillo mundo en el que se mueven estos protagonistas, y nos muestran desde un primer momento el interés de la cámara por los momentos incómodos que se respiran en esta oficina, creando a su alrededor una especie de 'ecosistema' en el que todos los personajes cumplen una función. Todo esto logra que el espectador se sienta en ocasiones como un personaje más dentro de la oficina, permitiendo que los dramas de los personajes se vean cómicos desde otro punto de vista.
Estamos ante una de las series con los títulos de crédito más aplaudidos de los últimos años, y es comprensible dado que va encadenando una serie de retratos femeninos en diferentes épocas. Además, en las imágenes elegidas se deja entrever una historia oscura detrás de cada una de ellas (no es casualidad que comience con el cuadro 'Adán y Eva' de Lucas Cranach el Viejo).
A pesar de todo, el propósito de la serie creada por Marc Cherry no queda oculto: embarcarse en el mundo de los barrios residenciales norteamericanos donde las apariencias juegan un papel fundamental, revelando los secretos que guardan a través de sus protagonistas.
La serie más manipuladora por excelencia alcanzó su final el año pasado. Hablo de 'Daños y Perjuicios', la serie que todo el mundo pensaba que sería otra de abogados más, pero cuando se estrenó vimos que contaba con uno de los personajes más memorables de la pequeña pantalla. Hablo de Patty Hewes, una abogada que haría todo lo posible por ganar, aunque en su camino se cruzara con Ellen Parsons, una abogada novata que se da cuenta de la peor forma del mundo en el que se está introduciendo.
Sus títulos de crédito son breves pero muy concisos. Nos muestran a un par de personajes principales, seguidos de una serie de esculturas que representan partes de los principales tribunales de Nueva York (donde se sitúa la mayor parte de la serie). Mientras tanto, el resto del mundo parece impasible hasta que se enfoca en la imagen de las dos mujeres, cada una en un lado, frente a su reflejo desenfocado y roto, todo al ritmo de la canción 'When I am through With You' de VLA. Mención aparte merece ese maletín con las manos ensangrentadas, que por sí solo refleja que los golpes de los abogados no siempre serán limpios.