"Necesito que me golpee, el chico de bate"

Allá por el año 2004 unos pocos espectadores japoneses disfrutaban a altas horas de la madrugada de un anime llamado Paranoia Agent. Esta serie creada por Satoshin Kon, autor de la célebre película Paprika (2006), iba mostrando capítulo a capitulo las miserias de la actual sociedad japonesa en la que reina el individualismo y la dependencia de la tecnología.



La historia comienza con una secuencia en la que aparecen una serie de escenas -lastimosamente- cotidianas del Japón actual en donde dominan la incomunicación (no tecnológica) y la idolatría. En ese contexto conoceremos a Tsukiko Sagi, la diseñadora del personaje más popular del momento: Maromi, un perro de peluche de color rosa con unos ojos gigantes. Este éxito llevará a Tsukiko a experimentar una fuerte presión en su trabajo donde le exigen crear un nuevo producto para sustituir a Maromi. A este problema pronto se le sumará otro, un encontronazo con un chaval que se  desplaza por la ciudad con unos patines dorados y un bate. La policía pronto se lanzará a la búsqueda de este atacante, pero en seguida se darán cuenta de que encontrarle no va a ser una tarea fácil debido a la creciente popularidad de dicho patinador entre la población.



Es curioso que los capítulos favoritos de los fans de esta serie sean aquellos en los que se desvían de la investigación policial, destacando por encima de ellos el octavo capítulo titulado "Los planes de una familia feliz", en el que aparecen tres suicidas intentando ser asesinados por el Chico del Bate. Otro de los capítulos más queridos es el titulado "ETC", que muestra a unas vecinas que buscan distorsionar la realidad en forma de fábulas para complacerse (y a la vez traumatizarse); además, el décimo episodio titulado "Maromi Dormitando" muestra un estudio de animación haciendo todo lo posible (y de qué manera) para conseguir la emisión de un episodio del anime de Maromi.



La razón del atractivo de esta serie reside en el gran número de lecturas que puede llegar a tener, dado a las críticas que pueden levantar las formas de vida de esa sociedad, en donde la vía más fácil de huir de los problemas ha sido crear una nueva realidad. Los personajes siempre se caracterizan al borde de la desesperación, una desesperación en la que se fundamenta el verdadero valor de esta serie.



Este es el motivo del éxito de "Paranoia Agent", su ferocidad al mostrar la alienación a la que se somete alegremente la sociedad nipona, siendo atraída con facilidad por la idolatría hacia iconos que pueden tener una suerte efímera. No es nada casual que dediquen un episodio al propio proceso de creación de un anime y a la miseria que se puede esconder detrás de ello.


Así, os recomiendo esta miniserie de 13 episodios de aproximadamente 20 minutos cada uno, para poder disfrutar y, lo que es mejor, reflexionar sobre su contenido. De este modo os dejo sus créditos de apertura, cuya melodía puede parecer algo estruendosa, pensada con el fin de despertar a sus espectadores nocturnos, ya que originalmente se emitía a altas horas de la noche.


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