¨Solo los humanos y los pingüinos pueden conducir ¨

El reino animal siempre ha sido un lugar muy recurrente para contar historias que hubieran sido muy poco creíbles en un sociedad humana, aunque sea para demostrar comportamientos humanos, logrando en muchas ocasiones películas recomendables. Pero he aquí una película que no corresponde a este tan extendido uso de los animales, y eso no es malo, todo lo contrario, pues deriva ese mundo a un físico absurdo en pro de la diversión , con la intención de cegar al espectador a base espectáculo, sin profundizar en un contexto dramático de la que muchas cintas de animación utilizan y por ello digno de mención.


Estamos ante la tercera película de la saga que en cierta forma consigue enlazar con el resto de cintas (especialmente con la segunda entrega), que ya nos muestra sus intenciones con un prólogo en el que una explosión de grandes dimensiones y un cambio de escenario para los personajes con un simple cambio de plano.
Una nueva película en la que los animales, de nuevo, andan perdidos en busca de su hogar. Los cuatro protagonistas continúan siendo el león Alex, la cebra Marty, el hipopótamo  Gloria y la jirafa Melman, todos ellos acompañados del rey lémur Julien y sus fieles sirvientes Mort y Maurice. Todo ellos viajan a Europa donde deben contactar con los pingüinos y los monos que han logrado llegar ahí tras coger joyas de África. Para su desgracia y por el bien de la película, en su encuentro en Mónaco llaman la atención de las autoridades correspondientes al control de animales, lideradas por la eficiente Capital DuBois, una mujer que intentará por todos sus medios cazar a estos animales, aunque sea a costa de sus empleados o saltándose las leyes. Esta persecución hará que los animales se unan a un circo, formado únicamente por animales (en realidad los monos se hacen pasar por un humano, rayando casi la parodia humana). En este circo, ellos verán la única esperanza de volver a su casa: el zoo de Nueva York. Allí conocen a Gia, una leopardo que traba amistad con Marty, y al tigre Vitaly, una especie de líder del circo que no está nada de acuerdo con la llegada de los nuevos animales, aunque los acepta para intentar elevar el espectáculo del circo, que ha perdido la ¨magia¨ con el público, de la que antes gozaba, añadiendo este un pequeño punto dramático para la evolución necesaria de los personajes.
Una de las grandes bases de esta saga, que hasta esta película no había sido explotada, es su capacidad de huir del dramatismo del hogar perdido y teniendo la excusa del circo para poder utilizar muy bien el factor 3D, del que hacen gala. Así nos encontramos con grandes explosiones y demás lanzamientos de cosas y animales hacia el espectador. El argumento tampoco engaña, unos animales que forman una compañía para buscar su hogar, no existen giros de guión ni falta que les hace. 




Lo mejor de esta película es sin duda el ritmo que, con pequeñas pausas, consigue no ahogar al espectador con su frenética y pura acción. Los personajes, ya definidos en las anteriores entregas, logran obtener condición de protagonistas (mientras antes quienes llamaban verdaderamente la atención eran los secundarios) con lo que así vemos por fin a un león como líder del grupo , el acentuar la cebra su búsqueda de identidad (comparada con esta , la trama de la anterior entrega resulta fallida) y afianzar la relación entre la jirafa y la cebra , lo que impulsa a que el espectador se implique en sus aventuras, y todo esto sin desmerecer a sus grandes secundarios, aunque esta vez se haya sabido equilibrar el protagonismo entre los pingüinos y los monos  (disfrazarlos como el Rey de Versalles es una de las genialidades de la película), como el rey Julien encontrando el amor en una osa (qué más da que sea el único animal que no hable cuando es la única que va en moto). Hay que destacar la introducción de nuevos personajes como la curiosa foca Stefano, que es el único que aún tiene ánimo para seguir con el circo, la leopardo Gia que intenta hacerse cargo del tigre Vitaly que tras un accidente en una actuación pierde sus ganas de volver al espectáculo, también tenemos a los perros bailarines que van vestidos con tutú pero que  fuera del escenario pierden el encanto para convertirse en uno perros malhumorados. En cuanto el espacio que habitan los animales es de agradecer la muestra de una Europa totalmente hecha para el espectáculo.
Para terminar, esta película ha sido dirigida por Eric Darnell y Tom McGrath, también directores de las anteriores entregas, a los que se les une Conrad Vernon, director de las dos primeras películas de la saga Shrek. En el guión tenemos, además de a Darnell, a Noah Baumbach, que escribió también una película animada muy aclamada por público y crítica que fue: Fantastic Mr. Fox. De Wes Anderson.


Por último os dejo la canción ¨AfroCircus¨, propia de la tercera entrega de la saga pero que no abandona ese estribillo tan pegadizo como es el ¨I like to move it ¨, seña de identidad de todas las cintas. 

Leave a Reply