"Los hechos eran éstos..."

Adulto. Es curioso que esta palabra se haya convertido en un símbolo para etiquetar ciertos aspectos de nuestra vida diaria relacionados con la violencia, el sexo y demás temas no aptos para los más pequeños, y ello en más de una ocasión ha sido un reclamo para perder tal "inocencia". 

Y aquí llega Pushing Daisies (Criando Malvas) precisamente que intenta redimir tal hecho, cuyo mayor cometido es sacar el niño que llevamos dentro, situándonos en un universo lleno de color y humor aunque el drama este presente en mundo donde un secreto es la principal arma de un crimen.

Esta serie está ideada por Bryan Fuller creador también de series como "Tan Muertos Como Yo" o "Wonderfalls"; mientras que ya brindaba una gran reflexión acerca del papel de la muerte y su función en la vida en la primera, en la segunda jugaba ya con la percepción de la imaginación y locura pueden ser una forma el principal arma para ayudar a los demás. Ambas con un humor y unas tramas peculiares, logran ser unas buenas precedentes de esta historia en donde la imaginación (tanto en la forma como en el fondo) es el principal aliciente para conocer esta fascinante y "dulce" aventura hacia el mundo donde los muertos y los vivos nos son lo que parecen.

Y así es como conocemos la historia de Ned (Lee Pace), el pastelero, que tiene un don: resucitar a los muertos con sólo un toque. Pero este don tiene algunos inconvenientes: el primero es que la persona resucitada sólo podrá vivir durante un minuto y si vive más tiempo, otro ser vivo morirá, el segundo, que si vuelve ser tocado este morirá pero esta vez para siempre.

Ned conocerá este don de una manera trágica, pero al crecer y convertirse en pastelero ayudará a su amigo el detective Emerson Cod (Chi McBride) a investigar los mas surrealistas crímenes. En una de sus investigaciones se topará con su amor de la infancia Charlotte "Chuck" Charles (Anna Friel), lo que hará renacer este romance. Aunque los poderes del pastelero serán un gran obstáculo para esta relación, además nos encontramos con Olive Snook (Kristin Chenoweth), la camarera de The Pie Hole (el local donde Ned trabaja) que espera algún día ver su amor correspondido por el pastelero.

En medio de todo ello además conocemos a las tías de Chuck: Lily y Vivian (Ellen Greene y Swoosie Kurtz) ("Las adoradas princesas doradas", The Darling Mermaid Darlings) encerradas en su casa hasta la irrupción en su casa de las tartas del pastelero.
Y éstos son los protagonistas de esta serie, cada uno con sus excentricidades, que no harán acompañados de un narrador omnisciente, que nos cuenta de manera detallada, los pasa fuera y dentro de los personajes, logrando elevar el tono fantástico de la historia y hacernos grandilocuente mundo del pastelero.



Una de la características de las creaciones de Bryan Fuller, es su capacidad para crear un universo único donde que funciona como un personaje más, que funcionan más sobre todo con unas tramas detectivescas muy trabajadas y así darse el lujo de hacer homenajes cinematográficos (sobre todo al cine de Hitchcock y Billy Wilder aunque hay más), llevando esos homenajes al universo del pastelero.

Otras de los aciertos de Pushing Daisies lo compone su reparto, empezando por la pareja protagonista formada por Lee Pace (El Sueño de Alexandría, El Hobbit) y Anna Friel (Conocerás al hombre de tus sueños, London Boulevard) mientras la timidez se compensa con el desparpajo de ella aunque ambos logran llevar a buen puerto este equilibrio, en esa relación basada en miradas, muecas y esos pequeños detalles que también delatan sus debilidades. Acompañados por un elenco de secundarios experimentado en el campo de la televisión como Chi McBride (House, Escudo Humano), dando vida al inspector que da el contrapunto a esa pareja. A continuación tenemos a tres veteranas de Broadway, Swoosie Kurtz y Ellen Greene como la pareja de tías ancladas en su propia burbuja en ese estado melancólico que da una nueva dimensión a este personaje y a Kristin Chenoweth (Glee, The Good Wife), siendo esta un festival latente de emociones que intenta anteponiendo la felicidad de los que le rodean ante el suyo, y por ello se desahoga con delirantes momentos musicales para el recuerdo (especialmente ese¨"Hopeless Devoted To You" mientra logra hacer un no baile curioso como poco).

En el aparto técnico la serie hace gala de su genial fotografía, donde los colores están elevados a su máxima potencia pero sin desentonar con el espíritu de esta serie, donde la extravagancia es el pan de cada día, ademas de unos decorados hechos con una dedicación que ya se quisiera ver más a menudo en televisión. Todo ello con un guión lleno de humor negro, en donde los juegos de palabras llegan a su máxima expresión (dobles sentidos, rimas, frases hechas,...) no dejando nada al azar y todo ello con la única misión de entretener al espectador.

A continuación os dejo los títulos de crédito en donde hacen gala de las reglas por las que se rige el don del pastelero (también se pasa por ahí su perro):

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