La mente humana, ese lugar tan complejo que ha dado lugar a diferentes películas, como por ejemplo la espectacular "Origen" (Dir. Christpher Nolan, 2010), en las que se muestra cómo ser en un lugar donde lo seguro es muy difuso. Con este principio también se puede regir la última película de Danny Boyle.

Trance (Dir. Danny Boyle, 2013), la  última película del realizador que estuvo al mando de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, además de lograr unos cuantos Oscars como con "Slumdog Millionarie", aunque su película más reconocida sea Trainspotting. Boyle logra transmitirnos que estamos ante un director muy dinámico a la hora de contar sus historias, además de intentar dar siempre algo nuevo al espectador, algo muy complicado hoy en día.

La película narra la historia de Simon (James McAvoy), un empleado de una casa de subastas al que le apasiona el arte, pero tras un atraco liderado por Franck (Vicent Cassel) para robar "El vuelo de las Brujas" de Francisco de Goya en plena subasta, Simon es abatido y acaba en el hospital. En este momento, los problemas no han hecho más que empezar dado que el cuadro ha desaparecido, y la clave para encontrarlo está en la propia mente de Simon, así que éste recurre a Elizabeth (Rosario Dawson), una terapeuta, para un tratamiento de hipnosis con el fin de encontrar el cuadro, aunque el hecho de adentrarse en la mente de éste no será tan fácil como parece.

Podríamos clasificar esta película como un acercamiento de Boyle al thriller, dado que da muestra de jugando su mejor carta a la historia de gansgters de antaño, con femme fatale incluida, añadiendo la hipnosis como una herramienta para lograr darle una nueva dimensión a esta historia.

Aunque tanto la mayor virtud como el peor defecto son los giros de guión con los que constantemente se juega, deja que los personajes pierdan, encuentren o retomen una posición con el espectador diferente a la que nos encontramos en el primer momento, corriendo el peligro de que el final de la historia llegue a desinteresarnos. Además de presentarnos escenas que en un primer lugar pueden parecer inconexas aunque no tarden en tener respuesta, esa inconexión logra distraer y perder algo de  la fuerza (no mucha) de la información que nos están brindando.


Por otro lado podemos apreciar esa agilidad que Boyle está acostumbrado a dominar, con sus planos llenos de espejos, y planos desde ángulos muy curiosos a la par que enrevesados. Con un guión de Joe Ahearney y John Hodge ("Tumba abierta") logran mostrarnos una historia entretenida, en la que en la que tanto el argumento como los personajes están bien definidos, regalando grandes momentos delirantes (atención a la cabeza de Vicent Cassel). Además regala al lector algunas lecciones de arte (aparte de la comentada y justificada escena de lucimiento de Rosario Dawson). La banda sonora corre a cargo de Rick Smith, especializado en la música electrónica que ya había colaborado con Boyle en la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos, y da espacio en esta película a esa combinación de la tranquilidad inducida que se da en la sesiones de terapia con sonidos más electrónicos, dado al ritmo de esta historia.

En cuanto a los actores, tenemos a una Rosario Dawson que logra entregarse a un personaje más complejo de lo que en realidad se presenta, dotándole de una simpatía que en el papel este personaje podría carecer. Por otro lado, tenemos a James McAvoy como el "protagonista," cuyo personaje es sobre el cual gira la trama, aunque a medida que vaya avanzando vamos viendo que esas "sorpresas" que da su personaje no lo son tanto, lo que muestra que estamos ante una actuación más que acertada. Completando al trío protagonista, vemos a Vincent Cassel, que sabe muy bien meterse en ese tipo de personaje peligrosos aunque esta vez le brindan a un personaje con una lado más sosegado, lo que logra en algún momento la simpatía con el público.

Por último podemos decir que Trance, es una película bastante ambiciosa en sus formas aunque eso no le afecte a la hora de cumplir su objetivo de dar un entretenimiento al espectador sin recurrir al método fácil, además de unas geniales escenas para el recuerdo, dejando que sus defectos pesen menos que aciertos.



Distribuida en España por: Twenty Century Fox

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