"-Yo creo en la razón
-¿Y eso explica cómo te enamoraste?"

En la Europa del XIX, donde las apariencias eran un pilar fundamental en la población para sostener su vida social, no es de extrañar que varios escritores hiciesen eco de los hechos para mostrarnos historias acerca de cómo este sistema estaba desmoronándose, siendo también inspiración para muchas de las mejores novelas europeas, ahí están "La Regenta" de Benito Perez Galdós o "Madame Bovary" de Gustave Flaubert, para contrastar estos hechos, poniendo su punto de mira especialmente en la situación de las mujeres. Además de las anteriores contamos con una de las novelas claves de la literatura rusa: "Anna Karenina", que pone al descubierto la falsedad que se respiraba en aquel ambiente, acusando también el inminente fin de una era.

De todo esto tomó nota el director Joe Wright ("Hanna", "Expiación"), para lograr un nuevo punto de vista logrando enseñar un teatro muy camaleónico en la que desarrollará la historia de un adulterio y su efecto inmediato en una sociedad (en su mayoría la aristocracia  que castigaba a una mujer cuando ponía en duda las reglas por las que se regían sus vidas .

La novela de Lev Tolstói, una obra complicada que lleva a cabo una minuciosa crítica a la sociedad rusa del siglo XIX, llevando a cabo un análisis de la sociedad rusa, en especial de su aristocracia, logrando que sus personajes se muevan por distintos ámbitos de la época (política, religión, medicina, educación,...) y a la vez, da una muestra de su pensamiento filosófico acerca de los derroteros que puede llegar a tomar una persona, en la que a su vez se plantea alguna forma de sobrellevar esa forma de vida basada en las apariencias pero sin traicionase uno mismo.

La película de Joe Wright es fiel a la palabra de Tolstói a la hora de recrear el romanticismo de su obra, aunque en detrimento de su segundo protagonista del libro: Levin. La protagonista es Anna (Keira Knightley) está casada con Alexei Karenin (Jude Law), un funcionario del estado, y ambos llevan una vida ejemplar. El siguiente personaje clave, Levin (Domhnall Gleesom), representa a un aristócrata que sin embargo se ve rechazado por Kiti (Alicia Vikander) que obligada por su madre espera a que le pida matrimonio el conde Vronsky (Aaron Taylor-Johnson); pero el día en que este hecho iba suceder, este se encuentra con Anna desatando una serie de situaciones críticas tanto para ella como para los que la rodean. Mientras Levin intenta recuperarse en el campo ayudado de los consejos de Oblonsky (Matthew Macfayden), el contrapunto de su hermana Anna dado a su situación como adúltero dejando a su esposa Dolly (Kelly MacDonald) como una mujer abnegada que sufre en silencio.

Uno de los grandes alicientes de esta película, como ya comentaba antes, es que gran parte de la trama ocurre dentro de un teatro en ruinas, que va cambiando transformándose constantemente, desde una oficina, hasta una ópera, pasando por una pista de hielo y llevándolo hasta el extremo realizando una carrera de caballos, siendo entendido todo como una parte de la farsa por la que se mueven los protagonistas. Aunque para justificar tal camaleónico escenario veremos que hay parte de la historia desarrollándose fuera de él  (paisaje naturales en su mayoría) dado que ahí los personajes se mueven de manera natural logrando entrever los secretos que esconden.


Joe Wright, artífice de películas como Orgullo y Prejuicio o Expiación, vuelve a las películas de época con  la ayuda su actriz fetiche Keira Knightley, adaptando (con ayuda del guionista Tom Stoppard) esta obra con una enorme valentía, teniendo en cuenta el riesgo de ambientar gran parte de la historia en un sólo escenario, y un final tan interrogante como curioso de los que no suelen abundar en películas de esa temática.

Hay que tener en cuenta también el mimo con el que se ha tratado esta adaptación en su apartado técnico, llevando algunas descripciones de la novela al extremo. Por ejemplo, la ambientación del baile de Kity o la escena de esta misma atravesando el campo o logrando que ese teatro que mencionaba antes vaya transformándose acorde con la historia (atención a los juegos artificiales). No deberíamos olvidar tampoco al equipo de maquillaje y vestuario, ya que al ser una película de época este apartado es el menos conflictivo al tener a unos espectadores ajenos a ese tiempo, logrando dar más soltura y haciéndose notar en su caracterización parte de la historia que hay detrás de los personajes. Por último, el trabajo del compositor de la banda sonoraDario Marianelli (también habitual de Wright) conduce la tragedia de esta historia como si de una ópera se tratase, aunque sin olvidarse del aspecto teatral de la propuesta.

Entre los actores logran destacar a Jude Law, como el sufrido marido de Anna, y alejarse además del error que se han cometido en otras adaptaciones al dejarlo como el villano de la historia. También Matthew Macfayden logra sacar buen partido de un personaje secundario dando espacio para el humor en una historia que presume de serlo. Los demás cumplen su cometido de manera correcta, logrando dar a sus personajes un enfoque apropiado para no olvidar nunca esa sensación de falsedad que se respira dentro de ese gran teatro.

Por último os dejo el tráiler:

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